viernes, 30 de octubre de 2015

Desde pequeños se nos han inculcado estos argumentos y repetido de formas más o menos sutiles y diversas: a través de cuentos, libros infantiles, visitas al zoo o al circo, productos alimentarios provenientes de la explotación de los demás animales etc. Esto hace que pocas personas nos hayamos cuestionado elespecismo. El condicionamiento al que nos vimos sometidos durante nuestra infancia se repirte a lo largo de nuestra vida adulta, en la que la continuamente se proyecta la idea de que los intereses de los animales no son relevantes y podemos utilizarlos para nuestro beneficio en el campo de la medicina, alimentación, vestimenta etc.

Por suerte, cada vez más personas nos cuestionamos el especismo y los argumentos que tratan de sostenerlo, llegando a la única conclusión lógica y justa posible: que al igual que respetamos a los seres humanos independientemente de su sexo, raza o capacidad cognitiva, debemos respetar a los demás animales independientemente de su especie. Y es que sólo la cualidad de sentir, de sufrir y disfrutar, resulta relevante a la hora de determinar quién merece consideración y respeto.

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