sábado, 10 de octubre de 2015

•EL ESPECISMO COMO DISCRIMINACIÓN MORAL RACIONALMENTE INJUSTIFICADA

«El especismo sucede cuando acordamos un peso diferente a intereses similares, sobre la base de la diferencia de especies.» ~ Gary Francione

El especismo hace referencia especifícamente la discriminación en base a la especie. Esto es, a la hora de establecer quién merece consideración moral y quién no la merece, se tendrá en cuenta sobre todo la especie a la que pertenezca el individuo en cuestión. El especismo es, esencialmente, la discriminación moral en base a la especie. Es un prejuicio o actitud parcial favorable a los intereses de los miembros de nuestra propia especie y en contra de los de otras. Por otra parte, podemos favorecer de forma especista a quienes no pertenecen a nuestra especie. Existe lo que podríamos denominar como especismo de preferencia. Esto es, la idea de que aquellos individuos pertenecientes a determinada especie merecen una consideración moral igual o muy similar a la que merecen los seres humanos, en base a su cercanía o semejanza con éstos. Un ejemplo muy claro de esta clase de especismo es el "Proyecto Gran Simio".

De acuerdo a esto, podemos entender finalmente por especismo, el trato o consideración desventajosa moralmente injustificada de quienes no pertenezcan a cierta especie. Ésta sería habitualmente, aunque no siempre, la especie humana. Hay que tener en cuenta que solamente nosotros podemos ser especistas. No digo nosotros en sentido de humanos, sino en el sentido de quienes somos agentes morales, responsables de nuestros actos, ya que hay humanos que no son agentes morales, puesto que carecen de la capacidad de tener conciencia moral (bebés, discapacitados mentales, ancianos seniles,...) Por ejemplo, un tigre no puede ser especista porque ni siquiera puede comprender lo que es el especismo, ni puede actuar moralmente.

 Nosotros sí somos especistas cuando pensamos que otros individuos por no ser de la especie humana no merecen que les respetemos del mismo modo que nosotros queremos ser respetados, y actuamos en consecuencia. Utilizar a otros animales como comida sería equivalente a usar a otros humanos como comida. Esto se podría calificar éticamente canibalismo. La especie no es moralmente relevante.

 Lo único que importa es que son individuos que sienten, que tienen intereses propios que debemos respetar igual que los nuestros. Ahora bien, me gustaría señalar un punto muy importante sobre esta cuestión, más allá de su delimitación conceptual. El simple hecho de rechazar el especismo (o el racismo o el sexismo) no implica que nuestra visión moral ya de por sí sea automáticamente correcta. Es decir, alguien puede no tener prejuicios grupales y, sin embargo, estar a favor de la explotación o de la violencia.

Es perfectamente posible considerar como aceptable la esclavitud o el canibalismo sin discriminar a nadie en base a etiquetas como la especie o la raza. Por eso, el rechazo de la discriminación especista no es suficiente ni asegura un trato justo a los individuos. Para hablar de respeto, es necesario asumir una visión moral igualitaria fundamentada en el principio de que cada ser sintiente (cada persona) es un fin en sí mismo, con derecho a vivir su propia vida, y no un medio para satisfacer las necesidades y deseos de otros individuos. Hago especial hincapié en la cuestión del especismo, porque lo considero prioritario, pero siempre partiendo de la base de una ética de Derechos Animales.

Por esto, rechazo el "antiespecismo", porque entiendo que es una máscara bajo la que se suelen esconder tendencias favorables a la violencia y el totalitarismo (como el utilitarismo y el igualitarismo) que no respetan los derechos individuales, aunque lo hagan, supuestamente, "sin especismo".
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario